lunes, 7 de febrero de 2011

LE TOCA EL TURNO A LOS GRANDES.

El texto transcrito a continuación pertenece a la obra Vida y destino de Vasili Grossman (Berdíchev, 1905- Moscú, 1964).
Escritor y periodista ruso, fue el primero en dar noticia al mundo de la existencia de campos de exterminio nazis. La obra arriba citada fue prohibida por el régimen soviético y él mismo condenado al ostracismo. Sólo en los años ochenta, tras múltiples peripecias, pudo ser publicada fuera de la URSS.











      "La mayoría de los hombres que viven en la Tierra no se proponen como objativo definir qué es el "bien". ¿En qué consiste el bien? ¿Bien para quién? ¿De quién? ¿Existe un bien común aplicable a todos los seres, a todas las tribus, a todas las circunstancias? ¿O tal vez mi bien es mal para ti y el bien de mi pueblo, el mal para el tuyo? ¿Es eterno e inmutable el bien o quizás el bien de ayer es vicio de hoy, y el mal de ayer se ha transformado en el bien de hoy?
   ¿han asistido los hombres durante miles de años a una evolución del concepto del bien? ¿Es un concepto común a todos los pueblos, a griegos y judíos, como decía el apostol? ¿No deberíamos tener en cuenta las clases, naciones, Estados?
   He constatado que los diferentes sistemas morales y filosóficos de los guías de la humanidad que se han ido sucediendo en el transcurso de los milenios han limitado el concepto del bien.
   La doctina cristiana, cinco siglos después del budismo, restringió el mundo viviente al cual es aplicable la noción de bien: no contenía a todos los seres vivos, sino sólo a los hombres.
   El bien de los primeros cristianos, que abrazaba a toda la humanidad, dio paso al bien exclusivo de los cristianos, mientras que junto a él coexistía el bien de los musulmanes, el bien de los judíos.
    Con el transcurso de los siglos, el bien de los cristianos se escindió y surgió el bien de los católicos, el de los protestantes y el de los ortodoxos. Luego, del bien de los ortodoxos nació el bien de los nuevos y viejos creyentes.
   Y existía también el bien de los ricos y el bien de los pobres. Y el bien de los amarillos,l os negros, los blancos.
   Y esa fragmentación continua dio lugar al bien circunscrito a una secta, una raza, una clase; todos los que se encontraban más allá de tan estrecho círculo quedaban excluidos.
   Y los hombres tomaron conciencia de que se había vertido mucha sangre a causa de ese bien pequeño, malo, en nombre de la lucha que ese bien libraba contra todolo que consideraba como mal.
    Y a veces el concepto mismo de ese bien se convertía en un látigo, en un mal más grande que el propio mal.
   Un bien así no es más que una cáscara vacía de la queha caído y se ha perdido la semilla sagrada. ¿Quién restituirá a los hombres la semilla perdida?
   ¿Qué es el bien? A menudo se dice que es un pensamiento, una acción que conduce al triunfo de la humanidad, o de una familia, una nación, un Estado, una clase, una fe.
   Aquellos que lucharon por su propio bien tratan de presentarlo como el bien general. Por eso proclaman: mi ien coincide con el ien general, mi bien no es sólo imprescindible para mí, es imprescindible para todos. Realizando mi propio bien persigo también elbien general.
   Así, tras haber perdido el bien su universalidad, el bien de una secta, de una clase, de una nación, de un Estado asume una universalidad engañosa para justificar su lucha contra todo lo que conceptúa como mal.
   La crueldad de la vida engendra el bien en los grandes corazones, y estos llevan ese bien a la vida, estimulados por el deseo de cambiar el mundo a imagen del bien que vive en ellos. Pero no son los círculos de la vida los que cambian a imagen y semejanza de la idea del bien, sino la idea del bien la que se hunde en el fango de la vida, se quiebra, pierde su universalidad, se pone al servicio de la cotidianidad y no esculpe la vida a su hermosa pero incorpórea imagen.
   El flujo de la vida siempre es percibido en la conciencia del hombre como una lucha entre el bien y el mal, pero no es así. Los hombres que velan por el bien de la humanidad son impotentes para reducir el mal en la Tierra.
   Las grandes ideas son necesarias para abrir nuevos cauces, retirar piedras, desplazar rocas, derribar acantilados, desbrozar bosques. los sueños del bien universal son necesarios para que las grandes aguas corran impetuosas en un único torrente. Si el mar estuviera dotado de pensamiento, en cada tempestad la idea y el sueño de la felicidad nacerían en sus aguas, y cada ola, al romper contra las rocas, pensaría que perece por el bien de las aguas del mar, y no advertiría que es levantada por la fuerza del viento, delmismo modo que levantó a miles antes que a ella y que levantará miles después.
   Muchos libros se han escrito sobre cómo combatir el mal, sobre la naturaleza del bien y el mal.
   Pero lo más triste de todo esto es lo siguiente, y es un hecho indiscutible: cada vez que asistimos al amanecer de un bien eterno que nunca será vencido por el mal, ese mismo mal que es eterno y nunca será vencido por el bien, cada vez que asistimos a ese amanecer mueren niños y ancianos,corre la sangre. No sólo los hombres, también Dios es impotente para reducir elmal sobre la Tierra.
   "Se oye un grito en Ramá, lamentos y un amargo llanto. Es Raquel que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen" (Jeremías 31,15) Y a ella, que ha perdido a sus hijos, poco le importa lo que los sabios consideren qué es el bien y qué el mal.
   Pero ¿acaso la vida es mal?
   Yo vi la fuerza inquebrantable vde la idea del bien social que nació en mi país. Vi esa fuerza en el periodo de la colectivización total, la vi en 1937. Vi cómo se aniquilaban a las personas en nombre de un ideal tan hermoso y humano como el ideal del cristianismo. Vi pueblos enteros muriéndose de hambre, vi niños campesinos pereciendo en la nieve siberiana. Vi trenes con destino a Siberia que transportaban a cientos, miles de hombres y mujeres de Moscú, Leningrado, de todas las ciudades de Rusia, acusados de ser enemigos de la grande y luminosa idea del bien social.
   Esa idea grande y hermosa mataba sin piedad a unos, destrozaba la vida a otros, separaba a los maridos de sus mujeres, a los hijos de sus padres.
   Ahora el gran horror del fascismo alemán se ha levantado sobre el mundo. El aire está lleno de los gritos y los gemidos de los torturados. El cielo se ha vuelto negro, el sol se ha apagado en el humo de los hornos crematorios.
   Pero estos crímenes sin precedentes, nunca antes vistos en la Tierra ni en el universo, fueron cometidos en nombre del bien.(...)
   ¿Acaso la vida es el mal?
   El bien no está en la naturaleza, tampoco en los sermones de los maestros religiosos ni de los profetas, no está en las doctrinas de los grandes sociólogos y líderes populares, no está en la ética de los filósofos. Son las personas corrientes las que llevan en sus corazones el amor por todo cuanto vive; aman y cuidan de la vida de modo natural y espontáneo. Al final del día prefieren el calor del hogar a encender hogueras en las plazas.
   Así, además de ese bien grande y amenazador, existe también la bondad cotidiana de los hombres. Es la bondad de una viejecita que lleva un mendrugo de pan a un prisionero, la bondad del soldado que da de beber de su cantimplora al enemigo  herido, la bondad de los jóvenes que se apiadan de los ancianos, la bondad del campesino que oculta en el pajar a un viejo judío. Es la bondad del guardia de una prisión que, poniendo en peligro su propia libertad, entrega las cartas de prisioneros y reclusos, con cuyaas ideas no congenia, a sus madres y mujeres.
   Es la bondad particular de un individuo hacia otro, es una bondad sin testigos, pequeña, sin ideología. Podríamos denominarla bondad sin sentido. La bondad de los hombres al margen del bien religioso y social.(...)
   Esa eespecie de bondad es condenada por su sinsentido en la fábula del ermitaño que calentó a una serpiente en su pecho. Es la bondad que tiene piedad de una tarántula que ha mordido a un niño. ¡Bondad ciega,insensata, perjudicial!
   A la gente le gusta buscar en las historias y fábulas ejemplos del peligro de esta bondad sin sentido. ¡No hay que tener miedo!
   El daño que esa bondad sin sentido a veces puede ocasionar a la sociedad, a la clase, a la raza, al Estado, palidece ante la luz que irradian los hombres que están dotados de ella.
   Esa bondad, esa absurda bondad, es lomás humano que hay en el hombre, lo que le define,el logro más alto que puede alcanzar su alma. La vida no es el mal, nos dice.
   Esta bondad es muda y sin sentido. Es instintiva, ciega. Cuando la cristiandad le dio forma en el seno de las enseñanzas de los Padres de la Iglesia, comenzó a oscurecerse; su semilla se convirtió en cáscara. es fuete mientras es muda, inconsciente y sin sentido, mientras vive en la oscuridad viva del corazón humano, mientras no se conmvierte en instrumento y mercancía en manos de predicadores, mientras que su oro bruto no se acuña en moneda de santidad. Es sencilla como la vida.
   Pero, perdida la fe en el  bien, comencé a dudar también de la bondad. Me da pena su impotencia. ¿Para qué sirve entonces? No es contagiosa.
   Me pareció que era tan bella e impotente como el rocío.
   ¿Cómo se pede transformar su fuerza sin echarla a perder, sin sofocarla como hizo la Iglesia? ¡La bondad es fuerte mientras es impotente! Si el hombre trata de transformarla en fuerza, languidece, se desvanece, se pierde, desaparece.
   Ahora veo la uténtica fuerza del mal. Los cielos están vacíos, el hombre esta solo en la Tierra. ¿Cómo sofocar, pues, el mal? ¿Con gotas de rocío vivo, con bondad humana? No, esa llama nopuede apagarse ni con el agua de todoslos mares y las nubes, no puede apagarse con un pobre puñadode rocío recogido desde los tiempos evangélicos hasta nuestro presente de hierro...
   Así, habiendo perdido la esperanza de encontrar el bien en Dios, en la naturaleza, comencé a perder la fe en la bondad.
   Pero cuanto más se abren ante mí las tinieblas delñ  fascismo,más claro veo que lo humano es indestructible y que continúa viviendo en el hombre, inclusoal borde de la fosa sangrienta, incluso en las puertas de las cámaras de gas.
   Yo he templadomi fe en el infierno. Mi fe ha emergido de las llamas de loshornos crematorios, ha traspasado elhormigón de las cámaras de gas. He visto que no es el hombre quien es impotente en la lucha contra el mal, he visto que es el mal el que es impotente en su lucha contra el hombre. En la impotencia de la bondad, en la bondad sin sentido, está el secreto de su inmortalidad. Nunca podrá ser vencida. Cuanto más estúpida, más absurda, más impotente pueda parecer, más grande es. ¡El mal es impotente ante ella! Los profetas, los maestros religiosos, los reformadores,los líderes, los guías son impotentes ante ella. El amor ciego y mudo es el sentido del hombre.
   La historia del hombre no es la batalla el bien que intenta superar al mal. La historia del hombre es la  batalla del gran mal que trata de aplastar la semilla de lahumanidad. Pero ni siquiera ahora lo humano aha sido aniquilado en el hombre, entonces el mal nunca vencerá" .
(Vida y destino, segunda parte, capítulo 16. Vassili Grossman. Círculo de Lectores. Traducción de Marta Rebón)

ES TU TURNO:
1. ¿Cómo evoluciona el concepto del bien a lo largo de la historia según Vasili Grossman?
2. ¿Qué causa pueden hacer que "el conceptomismo de bien se convierta en un látigo, en un mal más grande que elpropio mal?
3. Investiga a qué periodo político y social se refiere elautor cuando habla de la colectivización de 1937.
4. ¿Qué diferencia establece Grossman entre bien y bondad? ¿Qué prefiere? ¿Por qué?

ACTIVIDADII
 Lee el siguiente texto extraido del mismo capítulo de Vida y destino e inventa tu propio final.

     "Unos alemanes llegaron a un pueblo para vengar el asesinato de dos soldados. Por la noche reunieron a las mujeres del lugar y les ordenaron cavar una fosa en el lindero del bosque. Varios soldados se instalaron en la casa de una anciana. Su marido había sido conducido por un politsai a la comisaría donde ya habían detenido a veinte campesinos. La anciana no pudo conciliar el sueño durante toda la noche. Los alemanes encontraron en el sótano un cesto de huevos y un tarro de miel, encendieron ellos mismos el fogón, se hicieron una tortilla y bebieron vodka. Luego, el mayor de todosse puso a tocar la armónica y los optros, golpeando con los pies, entonaron una canción. A la propietaria de la casa ni siquiera la miraban, como si fuera un gato. Cuando hubo amanecido, empezaron a comprobar sus subfusiles, y el mayor de los soldados, apretando por equivocación el gatillo, se disparó en el estómago. Todos se pusieron a gritar, se armó un gran revuelo. Vendaron de cualquier modo al herido y lo colocaron en la cama. En aquel momento llamaron a los soldados desde fuera. Con gestos ordenaron a la mujer que cuidara del herido. La mujer pensó lo fácil que le resultaría estrangularlo: el hombre musitaba palabras incomprensibles, cerraba los ojos, lloraba, chasqueaba los labios. De repente el alemán abrió los ojos y dijo con voz clara: "Madre, agua".

ACTIVIDAD III
   Lee el siguiente texto de El árbol de la ciencia de Pío Baroja y responde a las preguntas.
   "Todo lo que vive tiene un proceso para apoderarse primero del espacio, ocupar un lugar, luego para crecer y multiplicarse; este proceso de la energía de un ser vivo contra los obstáculos del medio, es lo que llamamos lucha. Respecto de la justicia, yo creo que lo justo en el fondo es lo que nos conviene. Supón en el ejemplo de antes que la hiena en vez de ser muerta por el hombre  mata al hombre, que el árbol cae sobre él y lo aplasta, que la araña le hace una picadura venenosa, pues nada de esto nos parece justo, porque no nos conviene. A pesar de que en el fondo no haya más que esto, un interés utilitario ¿quién duda que la idea de justicia y equidad es una tendencia que existe en nosotros? ¿Pero cómo la vamos a realizar?
 ¿Qué tipo de ética propone el personaje del texto?

¿Crees que es posible fubdar la sociedad sobre estos principios? Razona tu respuesta






1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy difícil leer las preguntas con ese fondo.

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