“Cinco
minutos en el Mediterráneo de cualquier político cambiarían muchas cosas”
Miguel Roldán, bombero malagueño de
32 años, compartió con 100 estudiantes de nuestro instituto IES La Rosaleda su
experiencia rescatando migrantes en el mar Mediterráneo
Natural de Cuevas Bajas (Málaga), Miguel Roldán Espinosa nos ilustró con
sus vivencias en el aula magna de nuestro instituto el pasado 29 de abril ante
la atenta mirada de unos cien estudiantes, quienes pudieron conocer de primera
mano la grave crisis humanitaria que viven los migrantes de África y Oriente
Medio en las aguas del Mediterráneo.
En 2016 viajó a Lesbos con la ONG española Proem-Aid para ayudar a los
refugiados. Al tener conocimiento allí de que la situación en la ruta central
del Mediterráneo, frente a Libia, era muchísimo más dramática, en junio de 2017
decidió pasar sus vacaciones en el barco Iuventa de la ONG alemana Jugend Rette.
“El Iuventa era una barco pesquero con una tripulación de 17 personas sin capacidad
para llevar a los migrantes a un puerto seguro. Nuestra labor era rescatarles
del mar y trasladarlos a barcos más grandes”, nos cuenta. Durante los 22 días
que estuvo en aquellas aguas calcula que pasaron por el Mediterráneo central
14.000 mil personas y por su ONG, unas 5.000. Por esta labor de rescate hoy se
enfrenta en Italia a una acusación de tráfico de personas que podría conllevar
una pena de hasta 20 años, lo cual es totalmente incomprensible, ya que ellos
en cada misión de rescate contaban con el permiso del Gobierno italiano.
Los emigrantes llegaban en unas condiciones horribles. En muchos casos habían
necesitado meses de travesía y cruzar hasta siete fronteras para llegar a Libia.
“Hablar de Libia es hablar del miedo. Muchas mujeres caen en redes de tratas de
blancas y a los hombres los convierten en esclavos”, asegura Miguel. Pero eso
no es lo peor. Una vez rescatados se encuentran con una situación que no
esperan. “Ellos piensan que ya han alcanzado su objetivo, pero no es así. Les
esperan meses en centros de internamiento. Pasan varios años hasta que pueden
regularizar su situación. De tal manera que los padres sacrifican sus vidas
para que los hijos puedan tener un futuro en Europa”, relata.
A diferencia de lo podríamos pensar, muchos de los migrantes no tienen un
perfil de pobreza. “Allí te encuentras con gente con carreras universitarias,
que dominan dos o tres idiomas y con un buen poder adquisitivo, que han visto
truncada sus vidas por una guerra”, añade. Pero él piensa que “vivimos en una
sociedad abocada al ojos que no ven, corazón que no siente. Cinco minutos en el
Mediterráneo de cualquier político, cambiarían mucho las cosas”.
Miguel cree que es necesario que este drama se conozca. Han sido
sorprendentes las facilidades que nos ha dado para venir a nuestro centro. Por
supuesto, ha acudido totalmente gratis. Pero además ha madrugado para llegar desde
Sevilla a las 9 de la mañana y eso que le avisamos con muy poco tiempo de
antelación.
Los alumnos han aprendido mucho del relato de Miguel, ya que no es lo mismo
escuchar una noticia en la televisión que tener delante a alguien que te cuenta
la experiencia en primera persona. “A parte de colaborar con una ONG, hay algo
que todos podemos hacer sin tener una especial preparación: empatizar y difundir
lo que ocurre en el Mediterráneo”.
¡Muchas gracias, Miguel! Suerte con tu juicio. Tranquiliza saber que hay
personas como tú