"Nuestro conocimiento es una relación imperfecta entre las cosas exteriores y nuestro yo" (El árbol de la ciencia Pío Baroja)
1. Ejercicio.
Zhuangzi es una recopilación de textos atribuidos al pensador del mismo nombre que vivió entre el s. IV y III a. n. e.
Lee el siguiente texto y trata de explicar la paradoja que presenta.
Zuangzi y Huizi estaban paseando por el dique en el río Hao. Zuangzi exclamó: "¿Mirad cómo brincan y disfrutan esos peces plateados! ¡He aquí el verdadero deleite de los peces!"
Huizi: "Pero no sois un pez, ¿cómo sabéis cuál es el deleite de los peces?"
Zuangzi: "No sois yo, ¿cómo sabéis que no sé cuál es el deleite de los peces?"
Huizi: "No soy vos y, ciertamente, no sé lo que lleváis dentro. Pero está claro que no sois un pez, por tanto no sabéis cuál es el deleite de los peces".
Zuangzi: "Volvamos al punto de partida, si no tenéis inconveniente. Me habéis preguntado cómo sé cuál es el placer de los peces. Por tanto, si me habéis preguntado esta pregunta, es que sabíais que yo lo sabía. Pues bien, lo sé estando aquí, a la orilla del río". (Zuangzi 17)
Para hablar sobre el conocimiento humano tendríamos que tener en cuenta las aportaciones de numerosas ciencias: psicología, neurología, biología....Más aún, es mucho más lo que ignoramos al respecto que lo que sabemos. Ciñéndonos al un punto de vista filosófico, hay que decir que la rama que lo estudia es la epistemología o teoría del conocimiento.
Aunque siempre ha preocupado saber de dónde proceden nuestras ideas y cómo estar seguros de que estas reflejen la realidad tal cual es, este campo adquiere especial protagonismo entre los siglos XVII y XVIII. Entre otras razones, hay que tener en cuenta que durante estos siglos estamos en plena revolución científica y que las ciencias están cosechando notables éxitos mientras que la filosofía parece, como decía Kant, eternamente estancada en un campo de batalla donde tan pronto se alza victoriosa una corriente, llega otra y se le enfrenta. Era, por tanto, necesario analizar el conocimiento humano y ver sus límites y es aquí donde la epistomología cobra un papel fundamental.
Muchas de las propuestas que entonces se hicieron parecen quedar anticuadas, otras han servido de guía para futuras investigaciones. Pero antes de entrar en el terreno filosófico de si es o no posible un conocimiento cierto de las cosas y cuál, si lo hay, es el límite del conocimiento, podemos comenzar por caracterizar el conocimiento humnao.
Uno de sus princiàles rasgos es que nuestro pensamiento es, sobre todo, simbólico y, en concreto, lingüístico. Gracias al lenguaje podemos escapar de lo inmediato y pensar en cosas que no están en ese momento al alcance de nuestros sentidos. Por ejemplo, podemos estar en clase ocupados en pensar cómo pasaremos unas vacaciones en la playa. Incluso podemos ocuparnos de asuntos verdaderamente importantes que no sólamente hoy, nunca, podrán ser percibidos por los sentidos: el significado de la justicia, de la solidaridad.
Sólo porque hay lenguaje podemos entender estas y muchas más cosas y, no sólo eso: el hombre puede transmitir y almacenar lo que aprende evitándose tener que estar inventando siempre lo mismo.
Por ello, empobrecer el lenguaje es, en definitiva, empobrecer nuestro pensamiento, nuestra capacidad de comunicación, de transmitir intereses y de avanzar como queda reflejado en este ejercicio de clase.
Los alumnos de Primero de Bachillerato de Ciencias (2013/4) del IES La Rosaleda, van a intentar transmitir a sus compañeros una serie de ideas.
En primer lugar tenemos a Laura Quintero Ocaña a ver qué ocurre:
y...¡Sí! Tenía que decir que estaba embarazada (¡Tranquilos! No lo está)
Lourdes Vegas Fernández también transmitió un mensaje. Éste mucho más fácil
Como todo esto está resultando demasiado fácil, vamos a ver si Inma Alba Chicón sabe transmitir algo más complejo:
Pasrece que no hay límites a nuestra capacidad de comunicación, así que ya sólo nos queda un par de intentos. El primero con Borja García Higueruelo, delegado del curso:
NO HA HABIDO MANERA. ¡Tampoco era tan difícil! Sólo había que decir: Es importante cuidar bien de los hijos
Finalmente lo intenta Gabriel Fira Radu con no mucha mejor suerte.
El mensaje era el siguiente: El estado moderno debe constreuirse sobre bases solidarias.
Cualquiera podría decir que íbamos a mala idea. Nada más lejos de mi intención. Sin embargo, en el ejercicio se evidencia que a medida que los mensajes se hacen más complejos, el éxito de la comunicación disminuye. Mis alumnos no conocen la lengua de signos que, en definitiva, es otro lenguaje, de manera que se ven obligados a improvisar con gestos. Éstos no tienen en su mayoría una dimensión simbólica, no son capaces de sustituir ideas. Por eso, mientras el gesto se parece a lo designado, la comunicación marchaba. Vale, no podíamos hacer precisiones muy sutiles; pero, en líneas generales, nos hacíamos entender. Sin embargo; cuando ya no hay esa semejanza física la comunicación fracasa.. ¿Qué ocurriría entonces si careciésemos de lenguaje o simplemente lo redujésemos drásticamente? ¿Cuántas cosas nos dejaríamos de decir? ¿qué saber podríamos compartir o almacenar? o, más aún, ¿Cuántas cosas dejaríamos de pensar? ¿Sería nuestra vida distinta a como la conocemos? ¿Habría sobrevivido nuestra especie?
Es cierto que el lenguaje mismo presenta también deficiencias. A veces no significa lo que queremos y da lugar a malentendidos. No obstante, también entonces su importancia se nos revela de manera clara. Nos desespera que no signifique lo que queremos transmitir y nos frustran sus límites.
Pero la lengua refleja también nuestra alma. No sólo ocurre que con un lenguaje pobre se reduzca nuestra capacidad de análisis, la facultad de captar las diferencias, lo sutil. Ortega ve en la lengua un reflejo de nuestro ser, de manera que un yo profundo, una época de hombres intelectualmente activos y responsables, tendrá una lengua más rica; mientras que una época de estupidez y de masas se refleja en una lengua más pobre.
Veamos cómo lo analiza Ortega y Gasset en el Prólogo para franceses de su obra La rebelión de las masas:
"La lengua revela la condición más arcana de la sociedad que la habla. En la porción no helenizada del pueblo romano, la lengua vigente es la que se ha llamado "latín vulgar", matriz de nuestros romances. No se conoce bien este latín vulgar y, en buena parte, sólo se llega a él por reconstrucciones. Pero lo que se conoce basta y sobra para que nos produzca espanto dos de sus caracteres. Uno es la increíble simplificación de su mecanismo gramatical en comparación con el latín clásico. La sabrosa complejidad indo-europea, que conservaba el lenguaje de las clases superiores, quedó suplantada por un habla plebeya, de mecanismo muy fácil, pero a la vez, o por lo mismo, pesadamente mecánico, como material; graqmática balbuciente y perifrástica, de ensayo y rodeo como la infantil.Es, en efecto, una lengua pueril o gaga que mo permite la fina arista del razonamiento ni líricos tornasoles. Es una lengua sin luz ni temperatura, sin evidencia y sin calor de alma, una lengua triste que avanza a tientas. Los vocablos parecen viejas monedas de cobre, mugrientas y sin rotundidad, como hartas de rodar por las tabernas mediterráneas. ¡qué vidas evacuadas de sí mismas, desoladas, condenadas a eterna cotidianidad se adivinan tras este seco artefacto lingüístico!"
It will be interesting to watch A beautiful Mind
Here it is a synopsis of the film
John Nash arrives at Princeton University as a new graduate student. He is a recipient of the prestigious Carnegie Prize for mathematics. Though he was promised a single room, his roommate Charles, a literature student, greets him as he moves in and soon becomes his best friend. Nash also meets a group of other promising math and science graduate students, Martin Hansen, Sol, Ainsley, and Bender, with whom he strikes up an awkward friendship. Nash admits to Charles that he is better with numbers than people, which comes as no surprise to them after watching his largely unsuccessful attempts at conversation with the women at the local bar.
Nash is seeking a truly original idea for his thesis paper, and he is under increasing pressure to develop his thesis so he can begin work. A particularly harsh rejection from a woman at the bar is what ultimately inspires his fruitful work in the concept of governing dynamics, a theory in mathematical economics.
After the conclusion of Nashs studies as a student at Princeton, he accepts a prestigious appointment at the Massachusetts Institute of Technology (MIT), along with his friends Sol and Bender. Russell Crowe as John Nash. Russell Crowe as John Nash.
Five years later while teaching a class on Calculus at MIT, he places a particularly interesting problem on the chalkboard that he dares his students to solve. When his student Alicia Larde comes to his office to discuss the problem, the two fall in love and eventually marry.
On a return visit to Princeton, Nash runs into his former roommate Charles and meets Charles young niece Marcee, whom he adores. He also encounters a mysterious Department of Defense agent, William Parcher. Nash is invited to a secret United States Department of Defense facility in the Pentagon to crack a complex encryption of an enemy telecommunication. Nash is able to decipher the code mentally to the astonishment of other codebreakers.
Parcher observes Nashs performance from above, while partially concealed behind a screen. Parcher gives Nash a new assignment to look for patterns in magazines and newspapers, ostensibly to thwart a Soviet plot. He must write a report of his findings and place them in a specified mailbox. After being chased by the Russians and an exchange of gunfire, Nash becomes increasingly paranoid and begins to behave erratically.
After observing this erratic behavior, Alicia informs a psychiatric hospital. Later, while delivering a guest lecture at Harvard University, Nash realizes that he is being watched by a hostile group of people. Although he attempts to flee, he is forcibly sedated and sent to a psychiatric facility. Nash's internment seemingly confirms his belief that the Soviets were trying to extract information from him. He views the officials of the psychiatric facility as Soviet kidnappers.
Alicia, desperate to help her husband, visits the mailbox and retrieves the never-opened "top secret" documents that Nash had delivered there. When confronted with this evidence, Nash is finally convinced that he has been hallucinating. The Department of Defense agent William Parcher and Nash's secret assignment to decode Soviet messages was in fact all a delusion. Even more surprisingly, Nash's friend Charles and his niece Marcee are also only products of Nash's mind.
After a painful series of insulin shock therapy sessions, Nash is released on the condition that he agrees to take antipsychotic medication. However, the drugs create negative side-effects that affect his relationship with his wife and, most dramatically, his intellectual capacity. Frustrated, Nash secretly stops taking his medication and hoards his pills, triggering a relapse of his psychosis.
While bathing his infant son, Nash becomes distracted and wanders off. Alicia is hanging laundry in the backyard and observes that the back gate is open. She discovers that Nash has turned an abandoned shed in a nearby grove of trees into an office for his work for Parcher. Upon realizing what has happened, Alicia runs into the house to confront Nash and barely saves their child from drowning in the bathtub. When she confronts him, Nash claims that his friend Charles was watching their son. Alicia runs to the phone to call the psychiatric hospital for emergency assistance. Parcher urges Nash to kill his wife, but Nash angrily refuses to do such a thing. After arguing with Parcher, Nash accidentally knocks Alicia to the ground. Afterwards, Alicia flees the house in fear with their child, but Nash steps in front of her car to prevent her from leaving. After a moment, Nash realizes that Marcee is a figment of his hallucinations because she has remained the same age since the day he met her. He tells Alicia, "She never gets old." Only then does he accept that all three people are, in fact, part of his hallucinations. (It is important to note that in real life, Nash suffered from auditory hallucinations and possible delusions, instead of visual hallucinations).
Caught between the intellectual paralysis of the antipsychotic drugs and his delusions, Nash and Alicia decide to try to live with his abnormal condition. Nash consciously says goodbye to the three of them forever in his attempts to ignore his hallucinations and not feed his demons. However, he thanks Charles for being his best friend over the years, and says a tearful goodbye to Marcee, stroking her hair and calling her "baby girl", telling them both he wouldn't speak to them anymore.
Nash grows older and approaches his old friend and intellectual rival Martin Hansen, now head of the Princeton mathematics department, who grants him permission to work out of the library and audit classes, though the university will not provide him with his own office. Though Nash still suffers from hallucinations and mentions taking newer medications, he is ultimately able to live with and largely ignore his psychotic episodes. He takes his situation in stride and humorously checks to ensure that any new acquaintances are in fact real people, not hallucinations.
Nash eventually earns the privilege of teaching again. He is honored by his fellow professors for his achievement in mathematics, and goes on to win the Nobel Memorial Prize in Economics for his revolutionary work on game theory. Nash and Alicia are about to leave the auditorium in Stockholm, when John sees Charles, Marcee and Parcher standing and smiling. Alicia asks John, "What's wrong?" John replies, "Nothing." With that, they both leave the auditorium.
1. Write an example of an opinion, an example of a belief, an example of knowledge, and an example of evidence.
2. Answer this quiz about the flim:
YOUR OPINION IS IMPORTANT
Nacho del Arco Bonet, student of 1BS1 (2015/6) made this reflection about knowlege
However, Elisa Sánchez, from the 1BC (2015/6), has a different opinion